16 ago 2014

Ven. Siéntate.

Te lo explico?
No es la fuerza de la costumbre. Es tu olor.
Es tu pelo sobre la almohada, desparramado como una botella de vino rota en el suelo.
No es la fuerza de la costumbre.
Es tu pantalón en el borde de la cama, a punto de caer, aferrándose como un naufrago a un trozo de madera.
Es tu mano en mi pecho, como un juramento al revés.
Es mi corazón cantando el himno de nuestro país, ese al que solo sabemos llegar tú y yo, una Tierra Media mejorada.
Es mi mano en tu rodilla, el descanso del guerrero.
No es la fuerza de la costumbre.
No.
Son tus palabras, saliendo de tu boca en un tobogán, adquiriendo fuerza en cada centímetro que recorren en su corta vida.
Que levante la mano quien piense que tú y yo somos mas de uno.
No es la fuerza de la costumbre.
Estamos a otro nivel de comprensión. Nadie sabe, todos hablan.
Quieres mas razones?
Ven. Sientate.

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