16 ago 2014

Ven. Siéntate.

Te lo explico?
No es la fuerza de la costumbre. Es tu olor.
Es tu pelo sobre la almohada, desparramado como una botella de vino rota en el suelo.
No es la fuerza de la costumbre.
Es tu pantalón en el borde de la cama, a punto de caer, aferrándose como un naufrago a un trozo de madera.
Es tu mano en mi pecho, como un juramento al revés.
Es mi corazón cantando el himno de nuestro país, ese al que solo sabemos llegar tú y yo, una Tierra Media mejorada.
Es mi mano en tu rodilla, el descanso del guerrero.
No es la fuerza de la costumbre.
No.
Son tus palabras, saliendo de tu boca en un tobogán, adquiriendo fuerza en cada centímetro que recorren en su corta vida.
Que levante la mano quien piense que tú y yo somos mas de uno.
No es la fuerza de la costumbre.
Estamos a otro nivel de comprensión. Nadie sabe, todos hablan.
Quieres mas razones?
Ven. Sientate.

12 ago 2014

Eso

Brazos laxos, manos sin fuerza.
Donde está el vigor cuando se necesita?
Un zumo con hielo son pilas.
Un día más en el infierno.
Jugando a ser mayor, manchando papeles, tocando papeles.
Si un sofá es un reino, la cosa está muy jodida.
Juntaletras de pacotilla asomado a la ventana buscando eso.
Eso.
la insoportable brevedad de una vida pesa como una losa sin inscripción.
Epitafio subliminal.
Todos llegaremos a eso.
Sigue viviendo, que no es poco.
Y buscando eso que no sabes qué es pero buscas a cada momento.
Eso.


11 ago 2014

(Di)Vagar

La incompetencia de los que mandan me provoca cansancio extremo.
Es curioso que al mismo tiempo cada día me parezca una bendición.
Y el silencio sigue haciendo de las suyas.
De las mías, de las tuyas.
Sólo me dejo llevar. Me dejo llevar solo.
Todo es aleatorio.
Si me tumbo boca abajo me duermo.
 zzzzz
Si lo hago boca arriba, las ideas deforman mi cabeza.
Y el ruido sigue haciendo de las suyas.
Seres que están ahí arriba destrozan mi sueño.
Brisa nocturna y un libro.
Y digo yo... ¿para qué mas?
Con perderme sobra.
Contigo.

4 ago 2014

Nada...Todo

El mago sin trucos dijo basta.
Miró al vacío y sintió amor.
Nada.
Hay días en que la cuesta arriba roza el delirio.
Sus manos decían no.
Sus pies decían no.
Su cabeza decía mil cosas a la vez.
Nada.
Su pecho albergaba más aire de lo que nunca soñó.
Buscaba sus trucos.
Nada.
El viento traía aromas de color negro.
Jaqueca y luego nada.
Y luego todo.