El mago sin trucos dijo basta.
Miró al vacío y sintió amor.
Nada.
Hay días en que la cuesta arriba roza el delirio.
Sus manos decían no.
Sus pies decían no.
Su cabeza decía mil cosas a la vez.
Nada.
Su pecho albergaba más aire de lo que nunca soñó.
Buscaba sus trucos.
Nada.
El viento traía aromas de color negro.
Jaqueca y luego nada.
Y luego todo.
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